Pensé que existía un blanco
hasta que cruce tus montañas y pise tus hielos
Pensé que había comprendido la inmensidad
hasta que mis ojos no consiguieron ver
el final de tus bosques y el comienzo de la nada.
Tanto pensaba y tanto no fue,
aprendiendo de un salvajismo cuidado
y una cultura escondida
en su apertura a la vida.
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