Llevas puesta la camisa del otoño
en este mes de pleno verano.
Un Agosto que sorprende con nieve
y noches dormidas bajo una aurora boreal perdida.
Reflejos de paz en lagos que confunden con el mar
y el misterio de un viento glaciar en épocas de soñar.
Oyes tu nombre en el silencio, la llamada del sol
en un golfo que atisba los salmones de cada refrán.
Te pusiste el traje habitual
de tu esplendor reluciente que solo brilla
para quien ande a despegar, sin el abrigo cubriendo
cada milenario kilómetro.
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