Lejos de todo:
entre cielos tan vastos como montañas,
y montañas tan ilimitadas como la noche;
Vidas que entienden el vivir
en mitad de su pelaje y el sobrevivir
de inviernos eternos, en tundra que conversa
con el viento
y garras selladas en el barro
como cálidas bienvenidas a los que no son sourdoughs;
Extranjeros en este terreno abierto
recordándonos
cómo de salvajes podemos ser,
si paramos
a respirar la paz.
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