Entre los barcos hundidos
y los mares repartidos, como fronteras sin nombre
va un barco siempre derecho
entre las olas del mundo.
Su marinero constante, a los ideales del viento
dejando ser a los peces, que le acompañan sabiendo
no hay navegante más puro en su generosidad y cargo
no hay porvenir más dichoso,
que tripular en su barco.