Echando de menos el olor a mar,
el sudor del sol sobre la arena,
la brisa de montes sobre la risa-
Entre cuatro paredes aprendamos a ojear
el horizonte con su puesta de sol
imaginada en mi ventana de ciudad,
Conchas en la oreja
para oír a las olas jugar
Y pronto, con los ojos cerrados,
podremos viajar.
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