Que pare el tiempo
en esta estación de cambio
que se queden los colores en sus tonos saturados
acroíris en el cielo - y en la tierra-
que no sople el viento y se lleve las hojas
frágiles en sus rojos vivos
decorando estos bosques
pero que sople esa brisa como brochas de pintura entre sábanas amarillas crujientes
en estos suelos de lluvias pasadas
que este otoño se quede
que esta etapa decidida, que se prepara para el futuro, continúe
aunque todo sea para estar lista, para llamar una mañana a la puerta
disfrutemos del proceso
poniendo en pausa los colores que adquieren su belleza
porque cada día mudan
de cielo en suelo.
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