Los olores de la casa del abuelo
al pie de aquellas rocas que albergaron
la banda sonora a mitad de mis veranos;
aquí en esta isla me visitan inesperadamente
esos acordes marinos
entre tejidos de antaño y madera rebozada en sal.
Zapatos en la escalera
de la entrada de una playa,
llevándome de viaje a mi infancia
con el olor de mi piel llena
de crema mezclada en arena,
con el cosquilleó de pulgas
pidiéndonos saltar al mar,
a explorar rocas que abren universos
con los que aún hoy
sigo soñando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario