Ahora todos se van,
con la noche y el horizonte,
cuando añoraste su tacto e
incluso su incomprensible llanto.
Ahora todos se van,
entre rutinas y paseos,
solo tienes tus deseos.
Ahora todos se van,
y los recuerdos son cafés solos,
sus despedidas arrancadas
junto a minutos de sed.
Ahora todos se van,
cuando prefieres multitud
antes de oír,
a tu mente jugando a juzgar.
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