A veces
piensas que puedes llorar,
hasta sacudir el mundo, de su rutina constante,
de su miedo arrogante;
a veces
se tropieza el llanto
y en la garganta queda
el momento de soltarlo,
entre agonizante verso y nudos de extraños
resonando en el pecho;
y a veces
la propia lluvia
refugia tus chispas,
como tristezas que debieron haber pasado
y sin embargo, vuelven
en las tormentas de verano.
Flipando pero en colores claro :))
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