Montes encantados
que lloran lágrimas hasta sus faldas
verdes y punteadas-
lloran de risa, por las cosquillas del viento
y los cuentos antiguos del sol,
rozando los valles
en idiomas inventados, palabras
como los susurros
de un río seco
y sus grises piedras adornando
los caminos impenetrables,
como hechizos de un mundo
donde solo existen
los picos y sus puestas de sol.
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