Ansias burbujean
entre mis dedos cicatrizados;
el sol retumba entre mi espíritu agradecido, flotante
y mis piernas, sujetándose al suelo,
fuente de cada salto
de cada movimiento atropellado,
intentando decir lo que nunca sabré hablar
sobre un escenario frio,
y los murmullos sin saber lo que esperar,
la sorpresa de una noche
efímera, en la oscuridad de un teatro
donde yo bailo bajo la luz
y vosotros me veis por primera vez,
en primera fila.
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