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domingo, 24 de abril de 2016

Granada Flamenca


Olor a frutas bañadas en miel
tu pelo negro, nadando en el sol
fuerte y bailarín, como los acordes
que acompañan entre calles,
de peldaños, cuesta arriba
al son de fiestas de despedida
y la bienvenida magia
que nunca duerme siesta,
pues a las blancas paredes despierta.

Tus ojos de bosque se adentran
por el pasado de jardines majestuosos,
que hoy con sonrisa, hambrienta y boquiabierta,
contemplan,
sin temor- a ser conquistados por religión,
los grandes naranjos,
brotando entre conversación.

Ahora tus manos, con algún gen andaluz,
palpan esta tierra de todos
en la que se esconde, un duende
cantado sin ser oído,
pero acompañado por el coro
 de ser sentido.

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