Almas de montañas
y la nieve goteando,
levemente entre tus ojos
la geometria única de tu cara, derritiéndose bajo las serenatas pascuales de un sol
De circunstancias cediendo,
entre nuestra carne y cada pino
olor al aire libre, silbando más allá de nuestras piernas,
pasados ilusorios naciendo de países y sus fronteras,
que no existen,
cuando hogar crea su definición
entre los hoyuelos de cada cima
y los delicados oídos
de los bosques.
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