y el vestuario de antaño
oigo las risas de tres niños, mojados de nieve
por primera vez-
Mis pies secuestrados en botas, andan libres
por montañas, alzándose sin pensar,
quebrando el cielo para dejarte abrazar
las memorias que pensabas perdidas,
ahora revueltas en ventisca
entre apellidos nórdicos
enamorados de un lugar, del que nadie procede
y cada generación vuelve a descubrir-
Caminando por una ruta
de cuestas planas y picos decididos
siento las piernas de mis bisabuelos,
saltando entre el viento aragonés
por primera vez.
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