tu duende-
infancia retomada,
en ese lugar escapándose
de tu corazón,
o caparazón, sin razón
y con barreras,
se pierde,
a oscuras, la linterna disminuye
y tu
hoy, sin luz.
Lees aquel libro-
en tinieblas-
de paginas sin números,
escuchas esa canción,
de emoción rizada,
ves esas sonrisas,
en el sabor
de la tarta de tu abuela
y de tortuga
ya no tienes nada;
vuelves con tu duende,
en un abrazo
a tu alma.
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