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martes, 6 de febrero de 2024

Ave


Entradas marcadas por ritmos de viento 
sobre las alas mecánicas de todos, como saltamontes perdidos
sobre nubes nacidas de lágrimas de alegría
y envidia de quienes vuelan sin humo
rastreando la atmósfera como pez en el agua.

Nos hacemos viejos con el tiempo 
y rejuvenecemos viendo los coches tal cual cucarachas 
desde el cristal que nos lleva donde luzcan los pitidos 
señalizando el viaje sin destino final, con auriculares incluídos 
por que no oímos, el sonido del viento
rozando la velocidad.

Ojos que se van cerrando
suspendidos en el aire, viendo aquella película
en la que todo va pasando bajo nuestros pies, 
llenos de maletas de viaje, lo importante sobre el regazo, 
para acompañar y distraer las horas
que pasamos encerrados en la libertad 
de volar a ciegas.