He llegado sintiendo el mar en la piel, pálida de un invierno escondido
La humedad pegando mis dedos, aún temblorosos
El viento separando mi pelo, mi alma
empezando a reencontrarse, poco a poco,
bailando lo roto
Rotas las partes de mi alma que debían ser intocables,
rotas las conchas en la playa
haciendo orillas moldeables;
Abierta mi alerta, instinto de supervivencia
Alerta naturaleza, en las mareas de esta isla-
Siempre lista para remar,
para alcanzar la existencia
de un océano en paz.