Agua cayendo sobre canales
desbordados con historias de comercio, de guerras y de arte;
Nosotras venimos a la última
a ser traficantes de baile,
surcando entre calles de edificios inclinados,
moviendo nuestros cuerpos al margen de sus puertas,
sus bicicletas y sus ventanas de madera,
escondiendo su oscuro pasado en los días de viento marino
y nubes que se esparcen por la planicie del país;
Somos, con todos sus habitantes, los montes que no tienen
los surcos brotando de sus famosos cuadros,
la cordillera que se mueve para los molinos
y sus inexplicables destinos.