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miércoles, 26 de abril de 2017

Winter or Spring


Tickles weeping,
falling like pollen
over Madrid's ground
cleaning this sidewalk,
of blind steps,
and laughing, in silence,
like museum afternoons. 

Inivierno o Primavera


Cosquillas de llanto
cayendo como el polen
sobre el suelo de Madrid,
limpiando esta acera, 
de pasos de ciego,
 riendo a la vez, en silencio, 
como las tardes de museo. 



domingo, 23 de abril de 2017

By Our Side


Waiting by the shore
you will always be, with your chair
and your sassy smile, in the sand
of your beach. You made it ours
sliding your laughter between summer days, triumphant
over strolls and infinite greetings,
my first conversations tangled
in the colors of your words.

Climbing midday, your humor pushing my hunger uphill,
houses that go like memories, but your tanned face elongating
my days from the garden next door,
solving the enigma of childhood, demonstrating with tender questions
how big my family was:

I had you as a grandmother, when you weren't,
and when everyone deemed me princess, for you: your reiniña;
I knew from you, the gift of sisterhood, filled with argued recipes,
and a wall that didn't separate anything: not the flowers, not the sunsets,
together you were the house from below, the angel that accompanies me;
now you are more, taking care to not leave us alone, settling in your place:
I will always see you, in each neighboring home,
waiting by the shore, laughing you wisdom.


Al Lado


Esperando en la orilla
estarás siempre con tu silla,
con tu pícara sonrisa, en la arena
de vuestra playa. La hicisteis nuestra
deslizando vuestra risa entre días de verano, triunfando
sobre paseos y saludos infinitos,
mis primeras conversaciones enredadas
en los colores de tus palabras;

Subidas al monte, tu humor empujando mis ganas de comer,
casas que se van como memorias, pero tu cara morena alargando
mis días desde el jardín de al lado,
resolviendo el enigma de la infancia, demostrando con preguntas de cariño
cuan grande era mi familia:

Te tuve como abuela, sin que lo fueras,
y cuando para todos fui princesa, para ti: tu reiniña,
supe de ti, el regalo de la hermandad, llena de recetas discutidas,
y un muro que no separaba ni las flores, ni los atardeceres,
vosotras erais la casa de abajo, el ángel que me acompaña;
ahora sois más, cuidando de no dejarnos solos, tomando tu lugar:
te vere siempre, en cada casa vecina,
esperando en la orilla, riendo tu sabiduría.