Han visto llover,
desde antes que las fuentes;
los ladrillos grises se esconden
entre la dorada plaza.
Los brazos de esta ciudad
acogen entre murales
las tiendas de chocolate,
alta costura del cacao,
grandeza elegante
sumada a la infancia interminable
de un hombre rubio, con corazón de niño;
Cada paso es alegre,
cada idioma célebre
Hace cabriolas, la cumbre de cada nacionalidad
perseguida por su instinto,
de tulipan escondido
entre la niebla
imperdonable de su
calmada personalidad.